as1Tes. 2:16

Acts 9

Capítulo 9

Conversión de Saulo

1Saulo a, respirando todavía amenazas
Lit. amenaza.
y muerte contra los discípulos del Señor c, fue al sumo sacerdote,
2y le pidió cartas para las sinagogas d de Damasco e, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino f, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén g.

3 hY mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció a su alrededor una luz del cielo i. 4Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues j?».

5«¿Quién eres, Señor?», preguntó Saulo. El Señor respondió: «Yo soy Jesús a quien tú persigues; 6levántate
Algunas versiones agregan al principio del vers.: El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate.
, entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer l».


7Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos m, oyendo la voz
O el sonido.
,
o, pero sin ver a nadie.
8Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada p; y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco q. 9Estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Ananías visita a Saulo

10Había en Damasco r cierto discípulo llamado Ananías s; y el Señor le dijo en una visión t: «Ananías». «Aquí estoy, Señor», contestó él. 11El Señor le dijo: «Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso u llamado Saulo, porque él está orando, 12y ha visto en una visión
Algunos mss. no incluyen: en una visión.
a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista w».


13Pero Ananías respondió: «Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a Tus santos x en Jerusalén y, 14y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender z a todos los que invocan Tu nombre aa».

15Pero el Señor le dijo: «Ve, porque él es Mi instrumento
O vaso.
escogido ac, para llevar Mi nombre en presencia de los gentiles ad, de los reyes ae y de los israelitas;
16porque Yo le mostraré cuánto debe padecer af por Mi nombre».

17Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él ag, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista ah y seas lleno del Espíritu Santo ai». 18Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado. 19Tomó alimentos y cobró fuerzas.

Y por varios días estuvo con los discípulos aj que estaban en Damasco ak.

Saulo predica en Damasco

20Enseguida se puso a predicar de Jesús en las sinagogas al, diciendo
Lit. que.
: «Él es el Hijo de Dios an».
21Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: «¿No es este el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre ao, y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes ap?». 22Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este Jesús es el Cristo
I.e. el Mesías.
.

Saulo escapa de los judíos

23Después de muchos días ar, los judíos tramaron as deshacerse de él, 24pero su plan llegó al conocimiento de Saulo at. Y aun vigilaban las puertas día y noche con el intento de matarlo au; 25pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo sacaron
Lit. bajaron.
por una abertura en la muralla, bajándolo en una canasta.

Saulo en Jerusalén

26Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le temían, no creyendo que era discípulo aw. 27Pero Bernabé ax lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, y que Él le había hablado ay, y cómo en Damasco az había hablado con valor en el nombre de Jesús ba.

28Y estaba con ellos moviéndose libremente
Lit. entrando y saliendo.
en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señor bc.
29También hablaba y discutía con los judíos helenistas bd; pero estos intentaban matarlo. 30Pero cuando los hermanos be lo supieron, lo llevaron a Cesarea bf, y de allí lo enviaron bg a Tarso bh.

31Entretanto la iglesia bi gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.

Curación de Eneas

32Mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos bj que vivían en Lida bk. 33Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico. 34Y Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama». Y al instante se levantó. 35Todos los que vivían en Lida bl y en Sarón bm lo vieron, y
Lit. los cuales.
se convirtieron al Señor bo.

Resurrección de Dorcas

36Había entonces en Jope bp una discípula llamada Tabita, que traducido al griego es Dorcas
O Gacela.
; esta mujer era rica
Lit. llena.
en obras buenas y de caridad que hacía continuamente.
37Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto bs. 38Como Lida estaba cerca de Jope bt, los discípulos bu, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: «No tarde usted en venir a nosotros».

39Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron al aposento alto bv, y todas las viudas bw lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas.

40Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró bx, y volviéndose al cadáver, dijo: «Tabita, levántate by». Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó bz. 41Él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos
O los creyentes.
,
cb y a las viudas cc, la presentó viva.
42Esto se supo en todo Jope cd, y muchos creyeron en el Señor ce. 43Pedro se quedó en Jope cf muchos días con un tal Simón, que era curtidor cg.
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